Las investigaciones nuevamente se hicieron con dos grupos de ratones. El primer grupo, se ejercitaba en una rueda que les daba movimiento, mientras que el segundo grupo, estaban estáticos en un sitio determinado. Después de unas pocas semanas se comprobó que los ratones activos, al menos en un 45%, tenían menos daño visual que los que habían permanecido en quietud. Para los investigadores esto demuestra que las personas que hacen ejercicio tienden a tener una mejor salud visual que la que permanece en sedentarismo.
Aunque los especialistas aún trabajan en entender cómo es que el ejercicio genera una buena salud visual, lo que queda prácticamente probado, es que la actividad física puede evitar el excesivo crecimiento de los vasos sanguíneos que producen problemas como glaucoma y la retinopatía diabética. También se encontró, que por ejemplo, a las personas que tienen glaucoma desarrollado, el ejercicio les ayuda a reducir la presión ocular y mejora el flujo sanguíneo a la retina y al nervio óptico. Igualmente, que ayuda a las personas que padecen diabetes, porque previene la retinopatía diabética.